Consumir las frutas y verduras en el momento en que es propia su plantación y recolección tiene varias ventajas. El primero, su precio. El segundo, conservan mejor su aroma y sus valores nutritivos. En invierno, llena la cesta de alcachofas, calabazas, coles, endibias, espinacas y puerros (aunque los últimos son más propios del otoño que del invierno). En cuanto a las frutas, te resultará más fácil encontrar mandarinas, manzanas, naranjas y pomelos. Además, hay algunas que son propias de prácticamente todo el año, como los limones, los plátanos o las patatas. De todas maneras, hoy no resulta difícil encontrar cualquier fruta o verdura cualquier día del año. Por ejemplo, las berenjenas, que son propias del verano, están ahora en los estantes de las fruterías y verdulerías. Igual que ocurre con las manzanas.