Cuando te queden restos de alguna botella de vino tinto, no te deshagas de ella. Mejor, busca algún objeto de cobre que tengas por casa. Calienta el vino y mete un paño en él, después frota la pieza con suavidad, pero con insistencia. Deja que el vino se seque, pule con una gamuza y estará como nueva. Otra forma de sacar rendimiento a ese ‘culito’ que quede de vino tinto consiste en usarlo para regar un redondo de la carne antes de meterla en el horno. Quedará más jugosa. El tino también te ayudará a limpiar los cubiertos. Cuando llevan mucho tiempo guardados, suelen aparecer manchas de humedad. Frótalos con un paño empapado en vino tinto. Lávalos y sécalos bien. Si lo que quieres limpiar es la botella donde estaba el vino, desmenuza cáscaras de huevo, échalas dentro y agrega vinagre. Agita enérgicamente. Aclara tantas veces como sea necesario.