Mi amiga Merche se compró unos pantalones super fashion en Talavera de la Reina. El tejido, que imita el estampado de la piel de las serpientes (pero que no es brillante), la obnubilaron desde el momento en que los vio colgados en uno de los percheros de la tienda. La primera vez que se dispuso a lavarlos en la lavadora no tomó precauciones. Y los sacó del bombo encogidos. Tanto, que le faltaban unos diez centímetros en el largo. Le gustaban tanto que se resistía a perderlos o relegarlos a cualquier rincón perdido de su armario. La solución: le pidió a su madre que le hiciera unas tiras anchas de ganchillo, en color crema, y se las colocó en el bajo de cada pierna del pantalón. El resultado: una personalización muy kitsch de sus pantalones favoritos. Sigue su truco para no desprenderte de cualquier pantalón o falda larga que te haya encogido.