A la hora de sacar brillo a los grifos debes tener en cuenta su terminación. Por ejemplo, si está cromado recurre a la bayeta y a unas gotas de jabón neutro. Después de aclarar y secar, sácale brillo con una gamuza seca. Elimina el moho en los grifos cromados frotándolos enérgicamente con un cepillo de púas suaves impregnadas en zumo de limón prestando atención de que no se raye la superficie del grifo. Evitarás que aparezcan manchas de óxido si aplicas vaselina con un algodón una vez al mes. Otro truco consiste en aplicar unas gotas de amoniaco o polvos de piedra pómez con unas gotas de aceite. Después, aclara pasando una bayeta húmeda con jabón y seca con un paño de algodón. Ten cuidado con los grifos lacados, porque pueden perder su color. Lávalos con jabón neutro y una bayeta con agua tibia y sécalos inmediatamente.