Una conservación inadecuada, pasar la plancha caliente sobre el estampado de alguna prenda o el desgaste ocasionado por el uso pueden ocasionar que la plancha se deslice con dificultad sobre la ropa. Si este es tu caso, ve a la cocina y coge un buen puñado de sal gorda. Frota la base de la plancha con ella sin que esté caliente ni encendida. Otra solución para el mismo problema consiste en reciclar los restos que queden de las velas. Frota la superficie inferior de la plancha con ellos. Luego, pasa un paño limpio. Si lo que quieres es limpiar la plancha, coloca una tela áspera y húmeda sujeta a la mesa. Después pasa la plancha por encima de la tela varias veces. Por cierto, que si vas a comprar este pequeño electrodoméstico y tienes en casa a algún zurdo, búscala con el cable en la parte superior. Así le molestará menos y no podrá negarse a ayudar en casa.