El uso del alabastro en decoración está muy extendido. Para limpiar los objetos realizados a partir de este material puedes seguir tres trucos que son bastante fáciles y que te permitirán mantenerlos siempre perfectos. El primero de ellos consiste en pasar sobre ellos un algodón empapado en un poco de acetona. Sin embargo, hay quien prefiere retirarles el polvo antes de pasarles un paño humedecido en leche y sacarles brillo con una bayeta una vez que el objeto ya esté seco. El tercer modo para limpiar este material consiste en pasar un paño humedecido con unas gotas de aguarrás. Recurre a algún cepillo de dientes para limpiar las zonas más difíciles. Extrema las precauciones al limpiar las piezas de alabastro, que en muchas ocasiones son pequeñas, porque son muy frágiles y se pueden romper con cualquier trato inadecuado.