Resulta muy extraño que un electrodoméstico se estropee de la noche a la mañana sin haber dado ninguna señal de aviso. Simplemente con estar un poco alerta sobre su funcionamiento puedes descubrir sus señales de alarma ante un inminente fallo. Por ejemplo, revisa el filtro de la lavadora si no centrifuga o no descarga el agua correctamente. Si te preocupa que el frigorífico no enfríe de la manera adecuada, revisa las gomas de las puertas, porque pueden estar deterioradas y, en tal caso, no cierran herméticamente y dejarán escapar al frío. En el caso de que los platos y vasos no queden perfectamente limpios cuando los saques del lavavajillas, puede que el filtro sea el problema. Mira si está limpio y si queda sal en el depósito destinado a tal efecto. Los electrodomésticos también presentan sus síntomas.