Las patas de gallo pueden ser de las arrugas más odiosas de las que al final a todos nos aparecen en la cara. Para combatirlas existen multitud de fórmulas, como la que consiste en aplicarse un poco de aceite de ricino sobre ellas antes de irse a la cama por las noches. Otro truco, un poco más enredoso, consiste en licuar 50 gramos de almendras dulces y otros 50 gramos de albaricoque. Aplica el resultado sobre las arruguitas y deja que actúe durante unos 20 minutos. Retira la mezcla con un algodón y una infusión de manzanilla. Es muy importante que repitas la operación todos los días. Igual que ocurre con el siguiente: haz una pasta con miga de pan mojada en leche y unas gotas de aceite de almendras dulces, envuelve la mezcla en gasas y aplícatelas, templadas, sobre los ojos cerrados durante unos 15 minutos.