El alicatado y los suelos cerámicos o de piedra natural quedarán perfectos si sigues algunos consejos y tienes en cuenta las características de cada uno. Si te vas a enfrentar al suelo o una pared de azulejos, lo primero que tienes que hacer es poner a hervir una olla con agua. Cuando esté en ebullición, déjala junto al alicatado tanto si se trata de cristal como de cerámica. De esta manera, el vapor ablandará la suciedad acumulada en los azulejos. Después, pulveriza la pared o el suelo con un desengrasante amoniacado y agua. Debes dejar el líquido en la pared durante unos minutos y pasar después una esponja. Para que las juntas también queden limpias, utiliza un cepillo impregnado con unas gotas de lejía. Tanto las paredes como los suelos de azulejos quedarán relucientes si sigues este procedimiento para adecentarlos.