Con la llegada del buen tiempo, es muy probable que ya hayas guardado las alfombras. Si aún te queda esa asignatura pendiente y se te derrama vino tinto sobre ella, no desesperes. Lo más importante, como ocurre con casi todas las manchas, es que actúes con rapidez porque será más fácil eliminarlas. Coloca papeles absorbentes sobre las manchas lo antes posible. A continuación, frota la mancha con zumo de limón y acláralo con un paño húmedo. Aunque ya sea un poco tarde, recuerda que debes limpiar las alfombras a menudo para no permitir que la acumulación de polvo estropee los colores. Para absorber las partículas de polvo, espolvorea hojas de té húmedas, deja secar y pasa la aspiradora. Habrá quedado perfecta. Si vas a guardar las alfombras hasta el próximo otoño, llévalas mejor a la tintorería para tenerlas el año que viene como nuevas.