En esta época del año el mueble zapatero puede adoptar el mal olor procedente del calzado y que se acentúa con las altas temperaturas. Para evitar ese ‘aroma a quesos’, introduce un pedazo de carbón vegetal o una bolsita que lo contenga en su interior. No olvides cambiarla cada dos meses. Si el problema persiste en los pies, lávalos en infusión de cola de caballo. Prepara una infusión con un buen puñado de esta planta seca en medio litro de agua. Vierte el líquido en una palangana y añade agua hasta que esté tibia. Mete los pies en el baño durante unos 20 minutos. Repite la operación en caso de que fuera necesario. Después, enjuaga los pies con agua fría. Por último, sécalos bien y aplícate polvos de talco. Y si lo que huelen son los zapatos, échales un poco de bicarbonato de sodio por dentro y déjalo toda una noche.