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Marta Pérez Guillén

Línea de Consumo

Castañas pilongas para las polillas

La primavera llegó acompañada por unas inseparables y en algunos casos ‘indeseables’ amigas. Un remedio casero para ahuyentar su presencia consiste en repartir por los cajones de los armarios unas cuantas castañas pilongas. No tendrás que preocuparte más por ellas. Para alejar estos insectos de los armarios puedes recurrir, además de la conocida naftalina, por introducir un pequeño puñadito calvos (especia) en los bolsillos de los abrigos y la ropa de invierno. Es una forma muy efectiva de ahuyentar a las polillas y de evitar el olor de la naftalina en caso de que lo encuentres molesto. Para las alfombras, una vez que ya estén limpias, ponles encima algunas bolitas de naftalina y un poco de hierbas aromáticas o cáscaras de membrillo. Enrróllalas y átalas con una cuerda. Mantendrán, además de las polillas bien lejos, un buen olor.

Por Marta Pérez Guillén

Sobre el autor

Periodista por vocación. Pasota ilustrada de libre convicción, que escribiré en este blog de lo último de lo último, que mañana se convierte en lo necesario, y pasado ya está de moda. Sobre los trucos infalibles de la abuela, de la vecina. De todo lo que nos resulte útil para facilitar nuestra vida y que resulte divertida. Sobre cómo sobrevivir a las excentricidades y cómo convivir con las costumbres. Sobre todo esto, y más sorpresas girará este blog.


mayo 2006
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