Cuando entra un perro en una casa se convierte en el protagonista. Al principio, todos los miembros de la familia le miman hasta límites insospechados. El otro día alguien me contó que cuando recibió a a su cachorro en casa, colocó una botella de agua caliente envuelta en una toalla junto al lugar en el que había puesto su ‘cama’. Asegura que de esta manera evitó que el cachorro pasara las noches llorando al sentirse más acompañado. Otra de las cosas que hace para mimar a su perro consiste en dejarle siempre la radio encendida para que no se sienta solo y cometa alguna ‘travesura’ canina. Sin embargo, es más recto a la hora de llevarle algunos amigos ‘perrunos’ a casa y siempre imparte la misma justicia a todos para no hacer diferencias. Así, evita roces dándoles de comer a todos al mismo tiempo y a cada uno en su comedero.