¿A quién no se la roto más de una vez un vaso en la mano cuando pretendía separar dos que se habían quedado atascados? Para salir de esta operación con éxito y las manos enteras, llena el vaso de dentro con agua fría y sumerge el de fuera en agua caliente. De esta manera, conseguirás separarlos de inmediato. Para conservar la vajilla por más tiempo, debes tener en cuenta que para no romperla es mejor introducirlas en el agua de costado en lugar de hacerlo directamente. Nunca pongas una copa de cristal en pie sumergida en agua caliente, porque se puede romper a causa de una brusca dilatación. Si tienes un especial cariño por alguna pieza determinada en cuyo borde le ha salido una pequeña muesca, frótala delicadamente con una lima de uñas. Si está demasiado rayada, prueba a pulirla con dentrífico.