En esta época del calor en la que siempre desaconsejan preparar mahonesa casera, una amiga me ha pasado su receta para seguir haciendo su propia salsa. La solución: renegar del huevo e incorporar leche. Necesitarás medio vaso de aceite de girasol, medio vaso de leche desnatada a temperatura ambiente, sal y limón o vinagre a discreción. Si cuando tengas ya todos los ingredientes mezclados, te resulta demasiado ligera, agrega patata cocida. La Asociación Española de Fabricantes de Salsas y Condimentos Preparados aconseja usar huevos muy frescos y limpios exteriormente, añadir vinagre o limón, mantenerla tapada después de su preparación, guardarla en la nevera cuando no se use inmediatamente y no conservarla más de 24 horas. También puedes recurrir a los huevos pasteurizados.