Las vajillas antiguas se resquebrajan, les aparecen pequeñas grietas que lejos de afearlas aportan empaque a los platos y a cualquier pieza que vista la mesa. Pero, si las grietas son profundas y aparecen en superficies esmaltadas en objetos de porcelana, prueba a usar una mezcla con la que podrás usar de nuevo la pieza sin peligro a que se produzcan ‘escapes’. Prepara una mezcla a base de bicarbonato y agua. Aplícala sobre las piezas y déjala actuar hasta que la pasta esté seca. Repite la operación si es necesario hasta que la grieta quede reparada. Una vez que ya hayas conseguido recuperar las piezas de porcelana antigua, lávalas siempre a mano con agua templada. De esta manera, podrás disfrutar por más tiempo de la vajilla que has heredado o que compraste en un anticuario o un mercadillo callejero.