Los candelabros de hierro cuajados de cera tienen un aire de películas de vampiros. Realmente, estos objetos pueden convertirse en una pesadilla si hay que retirarles la cera. Para limpiarlos, el mejor remedio consiste en meterlos en el congelador, donde deben permanecer un buen rato. Saca los candelabros cuando la cera esté ya helada y podrás quitarla con mayor facilidad. Una vez que hayas terminado con la cera, el problema serán las manchas de grasa. Entonces, hazte con un paño humedecido en petróleo y pásalo por todo el candelabro. Espera a que se evapore el petróleo antes de encender las velas. Si compras velas nuevas y resultan ser demasiado gruesas para la sujeción, sumérgelas en agua hirviendo y ponlas en el candelabro para que se adapten.