Esa es la propuesta de las bodegas Emina, de Ribera del Duero, que han aprovechado las sustancias farmacológicas de la vid para crear cosméticos. El vino tinto contiene polifenoles (sustancias responsables del color de la uva), las quercitinas y el resveratrol que destacan por ser antioxidantes, además de prevenir enfermedades cardiovasculares. La línea de productos se compone de leche limpiadora tonificante, fluido hidratante, antiarrugas, body milk, gel reductor, espumoso y exfoliante, y after shave. Entre los principales componentes obtenidos de la viña se encuentra el extracto original de la uva, que tiene una acción depurativa y suavizante de la piel, además de activar la circulación sanguínea aportando más oxígeno a las células y captar los radicales libres para evitar el envejecimiento. La hidratante cuesta 30 euros.