Dentro de poco habrá que cambiar la ropa de los armarios y te puedes encontrar con alguna sorpresa. Si has guardado las prendas en algún lugar con humedades, puede que aparezcan con manchas de moho. En las ropas de seda o de nylon tienen una fácil solución. Sumerge las prendas en leche durante unos minutos y lávalas después con agua tibia y jabón. El moho puede aparecer también en las cortinas de ducha de plástico. Puedes quitarlas con bicarbonato sódico. Después, mójalas con agua salada antes de colgarlas en el baño. Otro lugar donde suelen aparecer estas manchas es el frigorífico. Lava las paredes de la nevera de cuando en cuando con un poco de vinagre. De esta manera, también podrás fin a los malos olores que de vez en cuando aparecen en los refrigeradores.