Las manchas de fruta se tornan bastante complicadas de eliminar. Un remedio de los que usaban las abuelas manda dejar la prenda en remojo durante un cuarto de hora. El truco reside en el agua, que debe de haber hervido primero y estar todavía bastante caliente. Una vez que escurras la prenda, lávala como siempre. Si la mancha persiste cuando saques la prenda del bombo de la lavadora, frótala con un paño empapado en vinagre o en zumo de limón. Pero, si la prenda está elaborada en seda, moja primero un trapito en alcohol y frota con él el revés de la prenda con el fin de evitar dañarla. Para eliminar las manchas de la tapicería o de tejidos que no permitan lavado, prueba a pasar una esponja mojada en agua fría y un quitamanchas. Si las manchas están en las manos, lo mejor es frotarlas con una corteza de limón o con un chorro de vinagre.