Si las manchas de hollín en las piedras o los ladrillos de la chimenea te han perseguido todo el verano y piensas ponerla a punto para recibir el invierno como se merece, prueba a usar piedra pómez para eliminar las manchas. El remedio consiste en disolver cien gramos de jabón en agua recién hervida. Una vez que la mezcla se haya enfriado, añade un vaso de amoniaco y varios gramos de piedra pómez en polvo. Después, frota con fuerza con la ayuda de un cepillo fuerte. Y no pares de frotar hasta que los ladrillos estén relucientes. Una vez que vayas a encender la lumbre, ten en cuenta que siempre es mejor prevenir que curar y prueba a echar al fuego mondas de patata ya secas o espolvorear los troncos de leña con un poco de sal. De esta manera, evitarás que se produzcan las manchas de hollín y no tendrás que frotar tanto.