Cada vez está más extendida la presencia de las secadoras en las cocinas o lavaderos extremeños para evitar subir a la azotea a tender la colada. Sin embargo, debes tender la ropa blanca al sol, al menos, una vez al año para que no pierda su blancura. La exposición al sol conseguirá que las prendas que hayan comenzado a amarillear recupen su blancor. En el caso de que las prendas que han tomado un tono amarillento sean antiguas, es mejor dejarlas en remojo en leche durante unas horas y lavarlas con detergente neutro. También debes sumergir en leche las sábanas que hayan amarilleado por dejar de usarlas durante una o más temporadas y, después, extenderlas al sol. Además, puedes recuperar el color blanco brillante echándoles un poco de agua oxigenada en el último aclarado y tenderlas al sol.