Si estás harto de resbalarte con los zapatos nuevos o temes que caigan cuatro gotas nada más salir de casa porque sabes que puedes terminar en el suelo, prueba con un remedio tradicional y sencillo para evitar los resbalones. Todo lo que tienes que hacer es pasar una lija por las suelas de los zapatos tanto si están elaboradas en piel como si son de goma. Otro remedio bastante eficaz para convertir las suelas en adherentes consiste en frotarlas con una patata cruda. También puedes recurrir a la laca para conseguir que éstas se fijen mejor al suelo y no terminar siempre resbalándote. Además, hay quien se echa coca-cola en las suelas para hacerlas más pegajosas y, por tanto, adherentes. Prueba los cuatro trucos y elige el que mejor se adapte a las suelas de tus zapatos, ya sean nuevos o recuperados del baúl de lo recuerdos.