Ahora que, de verdad, ha llegado el invierno y, con él, las ganas de comer guisos y usar la cuchara. Ten en cuenta que las legumbres quedarán más sabrosas si las cueces en el agua en que han sido remojadas. No obstante, debes lavarlas primero y, después, dejarlas toda la noche en remojo en agua limpia, que servirá para cocerlas al día siguiente. De esta manera, las legumbres no perderán sus propiedades nutritivas y resultarán mucho más sabrosas. Si sueles andar con prisas, pon los garbanzos en agua durante toda la noche y congélalos después. Así, sólo tendrás que meter la mano en la bolsa de plástico y echarlos en el caldo cuando rompa a hervir. Pero, si lo que quieres es acelerar la cocción de las legumbres, añade bicarbonato al agua y déjalo actuar toda la noche. Enjuaga al día siguiente y listo para ir a la olla.