Si estás cansada de que el polvo sea una pelea diaria, utiliza toallitas húmedas de bebé para limpiar. Resultan bastante efectivas con los aparatos audiovisuales y también con los espejos, electrodomésticos, vidrio,… Si eres perfeccionista al máximo, pásale un trapito seco después de la toallita para conseguir un mejor acabado. También puedes recurrir a las esponjas que se emplean para abrillantar los zapatos para terminar con el polvo. Con ellas, los muebles quedarán realmente brillantes y evitarás muchos problemas si eres alérgico. Si quieres elaborar tú mismo una bayeta electroestática para quitar el polvo, sumerge un paño en una mezcla de una taza de agua y dos cucharadas de zumo de limón y tiéndela hasta que esté completamente seca. Cuando la uses, el polvo se quedará pegada como por arte de magia.