Un día llaman al portero automático, preguntan tu nombre, abres la puerta y un mensajero te extiende un ramo de flores. El regalo te hace tanta ilusión que pretendes conservar las flores para toda la vida. Aunque el sistema sea un poco engorroso, prueba a envolver cada flor cuando todavía esté fresca en una hoja de periódico. Después, ponlas todas boca abajo, atadas con un cordel sujeto en dos puntos y de forma que queden colgando. Déjalas así hasta que estén completamente secas. Aunque sean de distinto color, suelen quedar en muy buenas condiciones para componer con la mayoría de ellas un ramo. Existe una creencia popular que asegura que las flores durarán más tiempo si introduces un puñado de monedas en el jarrón. Además, tendrás que mantener el agua limpia y cambiarla a diario si quieres prolongar su vida.