Una forma de aprovechar las verduras que se ponen malas es hacer abono. Pon todo lo que se haya pasado (tomates, pimientos, calabacines…) en la batidora con un poco de agua. Tritúralo y viértelo sobre las plantas. Otro abono natural consiste en verter en los tiestos los restos de té que queden en la tetera. Además, si tienes pecera, no tires el agua cuando la cambies, mejor échala a las plantas. Al contener restos orgánicos, este agua resulta un excelente abono que dejará tus plantas muy lucidas. También puedes recurrir al agua que usas para hervir verduras, ya que contiene numerosas sales minerales que son muy buenas para las plantas. Otro abono natural es la cáscara de huevo machacada, porque contiene mucho calcio. La ceniza también ofrece buenos resultados en las plantas.