Un día te sirves una copa de vino sobre una mesa de madera y la mancha se queda… ¿para siempre? En maderas naturales, enceradas o barnizadas en las que el vino haya calado puedes lijar la madera suavemente con una hoja de lija de grano medio y, después, frotar la mancha de vino con agua oxigenada. Otro remedio pasa por recurrir a los vapores de azufre. Pon a quemar un trozo de azufre en un plato de metal o en la tapa de una lata. Acerca la lata con el azufre a la mancha y deja que los vapores actúen. También puedes intentar quitar la mancha con un producto en espuma para la limpieza de los hornos. Y pasa un trapo mojado. Otro truco consiste en frotar la mancha con un algodón empapado en esencia de trementina y, después, lija muy superficialmente con un poco de sal. Encera de nuevo y saca brillo con un trapo de lana.