Si eres de los despistados a los que siempre se les quema el guiso, prueba una serie de fáciles remedios que devolverán el sabor y olor original al plato, como si hubieras apagado la cocina en el momento preciso. El truco más extendido para terminar con los efectos del despiste consiste en añadir vinagre a la olla. Conseguirás el mismo resultado si hierves unas ramas de estragón en agua y viertes todo sobre el guiso socarrado. Otro remedio pasa por mojar un paño de cocina con agua y ponerlo sobre la cazuela. Déjalo así unos minutos y sácalo después a la mesa. Nadie notará olor ni sabor a comida quemada. Pero, si un día se te pega la comida: pon rápidamente el recipiente dentro de otro de mayor tamaño que contenga vinagre. Déjalo así un rato y la comida recuperará muy pronto su sabor y olor normales.