¿Habías pensado alguna vez en tirar al cubo de la basura los zapatos que te duelan? Una amiga mía no los deriva al contenedor, sino al congelador. Asegura que el mejor remedio para que dejen de doler consiste en meter los zapatos en una bolsa e introducirlos en el congelador y mantenerlos allí durante un par de días. Una vez que pasa ese tiempo, los saca, se los pone y no vuelve a sentirlos demasiado ajustados. Otro truco para adaptar los zapatos nuevos a tus pies consiste en empapar un par de trapos en agua caliente o alcohol, escurrirlos bien y meterlos dentro. Cálzatelos cuando estén ligeramente húmedos y comprobarás cómo se adaptan perfectamente a tus pies. Si tu problema con los zapatos nuevos es que resultan muy resbaladizos, pega una tiritas de esparadrapo hasta que se se desgaste un poco. Así ya no te caerás.