Los visillos tienden a adoptar un color amarillento por el humo del tabaco o el sol. Para recuperar el blanco inmaculado que tenían el primer día, prueba con tres remedios bastante eficaces. Uno de los trucos consiste en añadir tres paquetes de levadura al agua del aclarado si son visillos grandes o menor cantidad si se trata de visillos de ventanas. Otro remedio pasa por añadir bicarbonato en el último aclarado. La cantidad también dependerá del tamaño. De esta forma, si son muy grandes, puedes echar hasta medio kilo. Pero, si los visillos están muy sucios y son de fibra o tergal, déjalos en remojo en agua con unas gotitas de amoníaco y un puñado de sal marina. Después, puedes lavarlos en la lavadora, pero sin centrifugar porque quedarían muy arrugados y costaría mucho esfuerzo plancharlos.