Hay cremalleras que pasan más tiempo atascadas que cumpliendo su función. Si se te atasca en el más inoportuno de los momentos, frótala con la mina de un lápiz blando o con cera de vela y la harás correr arriba y abajo. Pero, si se te rompe el cursor de la cremallera, coloca un clip de manera provisional. Así podrás tirar de él y obtener prácticamente el mismo resultado. No abuses del clip y cámbialo pronto para que no se rompa. A la hora de comprar una cremallera, procura que sea del mismo color que la prenda. Si no la encuentras, elige una de color más oscuro y decolórala luego en agua con lejía cuanto sea necesario hasta conseguir el tono perfecto. A la hora de colocarla, usa papel celo. Pégala antes con este papel y, cuando ya esté cosida a máquina, podrás despegar el celo sin problemas y la cremallera quedará perfecta.