¿Las lentejas han quedado aguadas? ¿La crema de calabacines no es demasiado espesa? Si alguna vez te encuentras en esta situación, recurre a la harina para espesar los platos. Aunque también se usan otros remedios, como añadir copos de puré o una patata cortada en rodajas muy finas para que se desbaraten. El pan es un espesante bastante común, tanto tostado como rallado. Emplear el pan rallado como espesante es tan sencillo como añadirlo a la olla y dejar que se disuelva en el hervor. Este remedio ofrece muy buenos resultados para espesar salsas y cremas. Aprovecha las piezas de pan del día anterior tostándolo y añádelo al guiso hirviendo hasta que se disuelvan. Y si el chocolate a la taza queda aguado, añade polvos de flan disueltos en leche y añade al resto mientras hierve sin parar de remover.