Si te pirran las espinacas y te encantan comerlas frescas, puede que alguna vez te hayas encontrado con algunas que sepan a tierra. Para quitarles ese desagradable sabor, prueba a añadir una cucharada de azúcar en el agua de cocción. También puedes conseguir que tengan un color más verde si las pasas rápidamente por agua fría una vez cocidas. Con un chorreón de zumo de limón en el agua de la cocción conseguirás que las hojas tengan un color verde intenso y evitarás que se pierdan todas las vitaminas que contiene y otras propiedades nutritivas. Otro truco para evitar que pierdan sus vitaminas consiste en pasarlas rápidamente bajo el grifo en lugar de dejarlas en remojo. Para conservarlas por más tiempo en el frigorífico, envuélvelas en papel de periódico y mételas en el frigorífico.