A la hora de comprarte unos zapatos lo mejor es que sean cómodos, pero si cuando te los pones por primera vez te causan algunas heridas prueba a sacar los beneficios del huevo. Separa la telilla de una cascara de huevo y aplícatela sobre la zona afectada. De esta manera, tendrás un alivio inmediato y curará las heridas. Para que no te suceda más, antes de ponerte los zapatos nuevos pasa un algodón mojado en alcohol por la parte de atrás del zapato. Pero si el roce te ha producido ampollas, cuece unas hojas de col fresca en medio litro de leche. Déjalo enfriar y haz una pasta. Después, aplícatela sobre la ampolla y las ‘rojeces’ desaparecerán. De cualquiera de las maneras, recuerda que el mejor consejo es que no maltrates tus pies y elijas siempre un calzado que se adapte a ellos.