Si eres de los maniáticos que se estresan cuando ven las marcas de haber doblado el mantel, opta por enrollarlo después de plancharlo. Siempre quedará alguna marca, pero no tantas como si lo doblas. En el caso de los manteles individuales, guárdalos extendidos y sin dobleces. Si no estás muy acostumbrado a planchar manteles, prueba a seguir los siguientes pasos para que queden perfectos: plancha primero los dobladillos insistiendo en puntillas u otros adornos. Dóblalo como te guste y pasas de nuevo la plancha una vez doblado. Si quieres enrollarlo, obvia este paso. Y si quieres eliminar manchas profundas, echa un poco de detergente líquido en cada una de ellas, frota suavemente y déjalo actuar durante diez minutos. Después, mételo en la lavadora como siempre. Verás como esta vez las manchas han desaparecido.