Si observas cualquier mancha de óxido en los cubiertos, no desesperes, frótalos con cebolla y azúcar glass para recuperarlos. El método es muy simple: corta la cebolla por la mitad y pásala por el azúcar para que se pegue. Después, frota el cubierto con la cebolla y verás cómo mejora su aspecto. También puedes probar a frotarlo con medio limón empapado en sal gruesa. Otro truco para borrar las manchas de óxido de los cubiertos consiste en frotarlos con un trozo de corcho. A la hora de meter los cubiertos en el lavavajillas, ten en cuenta sus características. No introduzcas los que tienen el mango de madera si no quieres estropearlos. Si son de acero inoxidable, lávalos con agua y jabón, acláralos y sécalos para que no pierdan su brillo. Se pueden poner en el lavavajillas, pero debe vigilar que el nivel de abrillantador sea el óptimo.