Dos amigas me han contado sus trucos para curarse las heridas y los golpes. Los dos necesitan que te pongas manos a la obra y hagas una cataplasma, pero con distintos ingredientes. La primera es para las heridas y rasguños. Necesitas leche, perejil, hierbabuena y agua. Pica el perejil y la hierbabuena en cantidades similares, mézclalas en un recipiente y agrega la leche. Bate la mezcla. Si está muy compacta, añade un chorrito de agua hasta que puedas extenderla bien sobre la piel. Métela en el frigorífico durante media hora. Sácala, coge un poco y úntala en una gasa. Aplícala sobre la herida. Mi otra amiga es una incondicional de la leche condensada, así que se la pone sobre las hinchazones o los hematomas. Dice que tienes que dejarla en el lugar hasta que la leche esté seca. Entonces, ya podrás lavarte.