Los efectos estilizadores de unos altísimos tacones son innegables. Sin embargo, hay que estar muy acostumbrada a mantener el equilibro para no terminar con los zapatos en la mano. Puedes aprovechar los zapatos de vertiginoso tacón que te encandilaron para una boda o cualquier otra fiesta llevándolos al zapatero. Pídele que acorte un poco el tacón. La mayoría de los zapatos no se pueden rebajar más de un centímetro. El motivo es que se pueden levantar las puntas delanteras y desestructurar el puente con el que fueron diseñados. Confía siempre en un zapatero para esta tarea y déjate aconsejar por él en cuanto al máximo que se puede quitar a cada incómodo tacón. Busca también en la farmacia unas plantillas de gel o silicona transparente, que amortiguarán el peso del cuerpo en la parte delantera de la planta del pie, y te harán sentir más cómoda.