El otro día conocí a una chica que se había dedicado a coleccionar los tapones de corcho de las botellas de vino que se había bebido por medio mundo. Con ellos, había forrado una puerta. Todo lo que ha hecho es partir por la mitad los tapones en vertical y pegarlos por los dos lados de una de las puertas del garaje. Ahora, puedes leer multitud de marcas, firmas y bodegas en el sotano de su casa. De esta original manera, además de entretenerse, había personalizado un rincón de su casa. Si tienes menos tiempo pero quieres conservar el tapón de alguna botella peculiar, introdúcelo durante unos segundos en aceite hirviendo. De esta manera, conseguirás hermetizarlos y podrás usarlo una y otra vez con la botella de casa que suelas rellenar. Cada vez que veas el corcho, recordarás el momento en que terminaste la botella.