Una lectora, Julia, nos ha contado su experiencia con las pecas. Recuerda que las odiaba de pequeña y convenció a su madre para probar algunos remedios con los que decir adiós a estas manchas en su cara. Así que recurrieron a un antiguo remedio que combina las propiedades del limón con el nácar. Mezclaron el zumo de un limón con medio vaso de agua e introdujeron un botón de nácar. Después, guardaron el vaso en un lugar oscuro durante varios días y su madre le aplicó la mezcla con un algodón. Asegura que las pecas le desaparecieron de la cara con esta extraña fórmula. Otro truco consiste en cortar láminas finas de cebolla y dejarlas con zumo de limón en un plato hondo durante diez minutos. Pasado ese tiempo, aplícate el líquido resultante sobre las manchas y déjalo actuar durante quince minutos.