Para que el agua del florero se mantenga totalmente cristalina y no termine por enturbiarse después de tener un ramo durante varios días, lo mejor es añadir una cucharada de lejía por cada litro de agua. No puedes olvidarte de cambiar el agua del jarrón y las agregar consecuentes cucharadas de lejía cada día. Puedes seguir también una serie de cuidados para alargar la vida de las flores. A diario, debes cortarles los tallos medio centímetro. Vigila que ninguna hoja quede sumergida en el agua, porque se pudriría y ayudaría a que las flores se marchitaran antes. También, hay quien introduce una aspirina en el agua de las flores para que éstas vivan algunos días más y con un mejor aspecto. Si quieres eliminar alguna flor marchita, nunca la arranques, siempre es mejor que la cortes, igual que debes hacer con los pétalos.