Si estas Navidades te enfrentas por primera vez a la organización de una cena o comida con la familia o los amigos y te has propuesto agasajarlos con un delicioso pavo asado, ten en cuenta distintos trucos para conseguir que esta carne de ave resulte jugosa. El remedio más eficaz consiste en inyectarle vino blanco por distintas zonas con una aguja desechable, aunque otro truco que ofrece buenos resultados consiste en introducir media cebolla en su interior. Si buscas que la piel resulte crujiente, úntalo con un poco de agua fría ligeramente salada diez minutos antes de que termine de asarse. Después, sube la temperatura del horno al máximo. Para asegurarte de que el pavo está en su punto justo, introduce una aguja en el muslo. Si el jugo que extraes es transparente, ya está en su punto, pero si es rosáceo, tendrás que dejarlo unos minutos más.