Si aún no sabes qué platos compondrán el menú que servirás mañana a la familia, básate en la sencillez de las recetas para acertar con seguridad. No debes excederte en la cantidad de aperitivos, porque se trata de ofrecer sabrosos entremeses para ir abriendo el apetito y entablar distintas conversaciones. Si no se te ocurre nada, opta por embutidos ibéricos. Para el primer plato, bien sea frío o caliente, debes procurar que no sean demasiado contundentes para que los invitados no se llenen con un par de bocados y no puedan seguir con la cena. Las cremas, los mousses y las ensaladas son más que recomendables. Para los platos que servirás en segundo lugar, procura que no tengas que trincharlos en la mesa y que tengan buena presentación: huye de los huesos, las espinas y las cáscaras, que afearán los platos.