Si te encuentras en la caja de herramientas con algún clavo oxidado, no lo tires a la basura. Déjalo mejor para usarlo como abono en las plantas. Todo lo que debes hacer es introducir el clavo en la tierra de la maceta, lo más profundo que puedas. Servirá de abono natural y, a los pocos días, notarás que las plantas lucen más bonitas. También puedes usar un clavo, esta vez sin oxidar, para mantener las plantas húmedas cuando te vayas de vacaciones. El remedio consiste en atar un clavo en uno de los extremos de un hilo de lana y una piedra en el opuesto. Luego, introduce el clavo en la tierra de la maceta y el extremo de la piedra en un cubo de agua un poco más elevado que el tiesto. De esta manera, conseguirás que las plantas conserven la humedad y no se secarán antes de que regreses de las vacaciones.