Las uvas, que aunque son propias del otoño se encuentran ya casi todo el año en las fruterías y los supermercados, constituyen una buena fuente de antioxidantes y vitamina E, que protegen de las enfermedades tumorales. Su alto poder antioxidante hace a las uvas bastante aconsejables para mejorar la vista y la circulación. En sus pepitas se esconde una pócima para vivir más tiempo. El secreto está en su aceite, que una vez refinado adopta un color verde claro y un sabor muy agradable. Si comparas este aceite con otros descubrirás que el de uva se caracteriza por un bajo porcentaje de grasas saturadas, mientras que la concentración del ácido graso linoleico (omega 6) alcanza el 75 por ciento. Así que recupera el consumo habitual de esta fruta y no la relegues a las doce campanadas de la última noche del año.