Critíquenme. No se preocupen. Háganlo sin miedo. Abiertamente y con toda confianza. Yo encajo las críticas con una deportividad envidiable y una parsimonia y gracia demoledora. Llámenme niñato, engreído, chulo, presumido, gordaco, prepotente… lo que se les ocurra. Digan de mi menda lerenda que escribo fatal, que soy un enchufado y que no cuento más […]