Ayer, mientras me encontraba ojeando las páginas regionales del Diario HOY (Ya lo saben “Compren Diario HOY” https://blogs.hoy.es/loch-lomond/2010/8/21/compren-diario-hoy ) hubo un momento en que pensé que me había equivocado. Que había traspapelado mi periódico por una de las divertidas historias de “Las Memorias del Marqués de Sotoancho” del gran Alfonso Ussía. La noticia, amén de curiosa y sorprendente me resultó tronchante, y además fue muy comentada en el día de ayer en las redes sociales. De hecho, en la edición digital del Diario HOY rozaba la centena de comentarios a primera hora de la tarde. Les dejo el enlace por si no han podido leerla:
http://www.hoy.es/v/20100824/regional/bautismo-civil-20100824.html
Que quieren que les diga. Le aseguro que estuve un buen rato riéndome, y es que fue inevitable no establecer paralelismos con un personaje de estas aventuras, que trabaja para el Señor Marqués, y que es comunista como el sólo, tanto, que para él Carrillo y
Si señores, Bautizo… por lo civil ¡Toma ya! Uno, tras la sorpresa inicial y alguna carcajada por aquello de acordarme de la historia de la comunión, no deja de preguntarse hasta que punto es necesario protagonizar actos institucionales de este tipo. Suena muy bonito, aquello que dicen los padres de sellar un compromiso por escrito por el que pretenden defender los derechos de su hija y educarla en los valores democráticos de la libertad, la igualdad y el respeto, pero en mi opinión ese compromiso hay que adquirirlo desde el primer momento que uno se plantea traer un hijo al mundo, y sellar tal compromiso no por escrito, sino con el alma y el corazón de cada uno, sin la necesidad de organizar una ceremonia que además implica la presencia de funcionarios y la utilización de instalaciones Municipales.
Mucha gente de hoy en día, tan moderna y tan liberal, pretendiendo ser más papistas que el papa roza la barrera del ridículo y actúan como si se hubieran bebido el LOCH LOMOND a palo seco. Cuando esa niña llegue a la mayoría de edad no sé si le hará mucha gracia ver las fotos o el vídeo de su “bautizo”, lo que si les garantizo es que habría que promulgar una Ley que permitiera a estos menores ajusticiar a sus padres con todo derecho cuando cumplieran la mayoría de edad. O por lo menos reclamarles cantidades indecentes de dinero por aquello de los perjuicios mentales.