Hay gente pobre, pobre de espítitu, que en vez de dedicarse a cultivarlo no puede sino empobrecerlo, sembrándolo con el estiercol de la cotidianidad más triste y deprimente. Quien está aburrido de la vida, de la familia, de los amigos, y solo se centra en los más oscuros vicios se ven inmersos, sin comerlo ni […]