Foto: JOSÉ VICENTE ARNELAS
Ayer, en mi Tribuna de opinión, en la edición impresa del Diario HOY, arengaba a la afición del Club Deportivo Badajoz para que acudiera en masa al Nuevo Vivero en ayuda del equipo de nuestra ciudad, para que no perdiera la categoría y no se echaran por tierra los logros conseguidos un año antes. Alrededor de unos 5.000 aficionados no quisieron dejar de apoyar en todo momento a su club, y aún siendo casi el doble de lo acostumbrado durante la temporada, no puedo ni quiero dejar de pensar donde están los miles y miles de aficionados que mis propias gafas contemplaron que se emborrachándose de alcohol, cachondeo y sana alegría hace casi un año cuando el Club ascendió a Segunda división b.
Quizás tengan razón los que se empeñan en asumir que en nuestra ciudad no existe una afición real hacia nuestro club. Aquí sólo importa el Real Madrid o el Barsa, y en menor medida el Atlético de Madrid, Betis o Sevilla. Salvo un puñado de entusiastas podría decirse que el Club Deportivo Badajoz no tiene quien le siga.
Comprendo el cansancio de muchos y la desilusión de casi todos. La gestión del Club ha derivado en desastrosa en los últimos años, y las críticas a la directiva son constantes y en muchos casos más que merecidas, pero la realidad es que a pesar de darlo por desaparecido (alcalde de la ciudad incluido) el Club Deportivo sigue ahí, luchando no sólo ya para evitar su desaparición, sino para volver al lugar que por categoría e historia le corresponde.
Le pese a quien le pese hoy en día el fútbol es algo más que un simple deporte, y significa mucho, para los aficionados y para las ciudades. Que a nadie se le olvide que nuestro Club, con 106 años de historia, es de los más antiguos de España, y forma ya parte de la historia de la ciudad de Badajoz y de
Es triste y muy lamentable, que hallándonos en plena campaña política con las elecciones locales y regionales a menos de una semana, en el día de ayer, ningún político hizo mención al difícil y trascendente momento al que se enfrentaba el Club Deportivo Badajoz. La verdad es que además de los políticos, muchos aficionados seguramente no eran conscientes de la importancia de asegurar la permanencia, pues con todo lo referente a la “Ley Concursal”, el descenso de categoría podría haber derivado en la desaparición. Como siempre, muy propio de los políticos, cuando lo difícil estaba hecho, todos se apresuraron a felicitar al equipo por haber salvado la categoría, pero unas palabras de ánimo en los instantes previos habría significado mucho.
Poco a poco se van consiguiendo cosas. La calle, en este caso Avenida, con el nombre del club ya es un hecho. Lo de
Recuperemos el espíritu de antaño, renovemos la ilusión de tiempos mejores, llenemos el campo cada domingo y les aseguro, que tarde o temprano el Club Deportivo Badajoz volverá a la categoría que le corresponde por nobleza e historia. Brindo con mi mejor LOCH LOMOND por el Club Deportivo Badajoz. Porque Badajoz merece un Club Como el Club Deportivo Badajoz que pasee orgulloso el nombre de su ciudad por todo el país. Un club que represente dignamente a su ciudad. Un Club como el Club Deportivo Badajoz. Más que un equipo de fútbol, más que un puñado de jugadores, más que un sentimiento y una afición. Más que un Club.